Composición de imágenes en fotografía
¿Quieres que tus fotos sean más emocionantes y vivas? Aprenda los fundamentos de la composición de imágenes. Le enseñaremos a optimizar la composición de sus imágenes utilizando diversas técnicas como la proporción áurea, la regla de los tercios o el principio del triángulo.
La composición ideal de la imagen en fotografía
Las personas pueden captar una imagen en una centésima de segundo, de modo que, aunque la mires de un lado a otro rápidamente, se te quedará grabada en la mente. Con una composición bien pensada, puedes aprovecharte de este hecho. En fotografía, la composición de una imagen se denomina composición de la imagen, es decir, la forma en que se disponen los distintos elementos de la imagen. Para ello, se pueden utilizar diferentes técnicas que han demostrado ayudar a conseguir una composición de imagen más atractiva. Tanto la composición como el enfoque en fotografía desempeñan un papel importante en el efecto de la imagen sobre el espectador. Aquí te damos algunos consejos valiosos y prácticos sobre cómo crear el efecto de tu foto de forma dirigida.
Posibilidades básicas de composición de imágenes
Antes de crear una foto, ya determinamos su formato configurando la cámara. El motivo adecuado da expresión a la foto. Si estos dos elementos básicos están bien pensados antes de hacer la foto, de una instantánea trivial puede surgir rápidamente una foto significativa y emotiva.
El motivo es decisivo
Sólo con un motivo se puede atribuir un determinado significado a la foto. Sin embargo, para poder trasladar este motivo a una foto, primero debes imaginarlo pictóricamente. Pregúntate también qué o a quién quieres mirar y en qué quieres centrarte. Si te decides por dos motivos en una foto, es importante determinar qué motivo debe desempeñar el papel principal o secundario antes de hacer la foto. Un marco adicional alrededor de la foto proporciona al espectador un enfoque claro. Sin embargo, un marco que ya pueda colocarse en la foto resulta especialmente eficaz en este caso. Imaginemos un escenario en el que alguien está fotografiando el mar desde una cueva, con rocas a la izquierda, a la derecha y en la parte superior de la foto. Las rocas que rodean la foto proporcionan un marco natural y crean tensión.
Elegir el formato adecuado
Por regla general, el formato apaisado resulta más familiar y corriente, pero también más tranquilo y equilibrado, ya que es el más cercano a la visión humana debido a la disposición de los ojos. Por eso, el formato vertical se percibe como más dinámico e inestable.
Si se combinan ambos formatos, se puede crear una tensión adicional. Por ejemplo, un rascacielos como motivo típico de retrato fotografiado en formato apaisado atrae considerablemente más la atención. Del mismo modo, un motivo típico de formato apaisado, como una puesta de sol sobre el mar, resulta más emocionante si se fotografía en formato vertical. A la hora de elegir el formato adecuado, además del efecto de la foto, también hay que prestar atención al uso posterior de la imagen. Para una carátula de móvil, por tanto, el formato vertical es la mejor opción.
La cuadrícula como elemento central de la composición de la imagen
Al mirar una foto, el ojo se desplaza de un elemento a otro. Algunos elementos, como los puntos brillantes, las caras o las letras, atraen más la atención que otros. Las líneas de la imagen, también llamadas líneas de fuga, dan al ojo una dirección. Con una buena composición, el ojo puede apoyarse para captar los detalles esenciales de la foto y ayudar a que ésta resulte más coherente.
La diagonal en la composición
Una diagonal representa una línea que conecta en diagonal las esquinas del formato. La llamada diagonal descendente, que va de la parte superior izquierda a la inferior derecha de la foto, se percibe como más tranquila y menos tensa porque sigue el flujo natural de la lectura. Como resultado, el ojo puede volver a salir rápidamente de la imagen. Piense, por ejemplo, en una calle que discurre desde la parte superior izquierda hasta la parte inferior derecha de la imagen. El borde de la calle forma una hilera de casas. Si la mirada sigue el curso de la calle, el espectador es rápidamente conducido fuera del cuadro. En cambio, las diagonales ascendentes, que van de abajo a la izquierda hasta arriba a la derecha, tienen un efecto especialmente estimulante y dirigen la mirada del espectador hacia el detalle. El espectador permanece más tiempo en el cuadro porque puede percibir mejor los detalles de la hilera de casas.
El horizonte en la composición
La línea que separa el cielo de la tierra representa el horizonte. Si esta línea se coloca en el centro de la imagen, el resultado es una composición sin tensión. Para crear más ambiente, el horizonte suele situarse más abajo o más arriba del centro de la foto. Un horizonte más abajo en la foto acentúa la distancia y la inmensidad del paisaje, ya que el cielo ocupa gran parte de la imagen. La foto parece ligera y abierta. Un horizonte situado más arriba en la imagen crea pesadez y cercanía al mismo tiempo, ya que cubre más superficie. El ojo se desplaza desde el suelo hasta el horizonte.
El horizonte también puede estar por encima o por debajo de los bordes de la imagen. Si la línea horizontal está ligeramente por encima del borde inferior de la imagen, ésta parece cerrada. Si el horizonte está ligeramente por debajo del borde inferior de la imagen, sólo se ve el cielo y la imagen tiene un ligero efecto flotante.
Simetría y repeticiones
La simetría se encuentra en gran número en la naturaleza. Por ejemplo, la mayoría de los seres vivos, pero también los vehículos y los edificios, tienen una estructura simétrica. La simetría se percibe como particularmente armoniosa y estética, pero también puede correr el riesgo de crear aburrimiento. Si quieres fotografiar un objeto simétrico, debes reproducir exactamente la simetría o desviarte mucho de ella para mantener la tensión de la imagen. Alinea tu cámara sobre el eje central de un objeto simétrico o desvíate deliberadamente de una representación simétrica cambiando la perspectiva o la ubicación.
Un efecto igualmente armonioso se crea con objetos y elementos recurrentes en la imagen, desvinculados de su simetría o uniformidad. Un ejemplo adecuado es una playa llena de tumbonas o sillas de playa. Sin embargo, las estructuras, luces y sombras recurrentes también producen un efecto armonioso en el espectador.
El uso de patrones
Nuestro cerebro encuentra especialmente estética la disposición regular de elementos recurrentes. Los objetos especialmente detallados, que a primera vista parecen inquietos, pueden irradiar tranquilidad mediante una disposición en forma de patrón. Estos patrones se encuentran a menudo en el campo de la tecnología y la arquitectura, pero también en la naturaleza, como en los panales. Se vuelve emocionante cuando el patrón se interrumpe con una irregularidad. Esto puede centrar la atención en la foto. Si quieres resaltar la regularidad de un motivo, utiliza aquí una perspectiva adecuada. Asimismo, los bordes de la imagen no deben interrumpirse de forma poco atractiva.
Los puntos como generadores de tensión
Si los elementos de la imagen son tan pequeños que sólo se reconocen como puntos, sólo influyen su ubicación, su brillo y su color. Estos puntos pueden percibirse como irradiadores de calma o como una relación de tensión. Pero también pueden establecer una relación con una superficie o formar un contexto casi musical. Básicamente, los puntos representan un elemento de diseño dinámico, que juntos también crean formas o arcos de líneas y atraen así la atención del espectador.
Composición dinámica o estática
Una composición estática por sí sola puede hacer que una foto parezca tranquila. Por ejemplo, si te colocas delante de una casa con fachada blanca y tejado rojo y la fotografías de frente, obtendrás una imagen tranquila. Una composición muy dinámica, por otro lado, puede incluso hacer que los objetos parezcan estar en movimiento. Si fotografiamos un tren parado desde el andén frontalmente, de forma que el tren quede un poco más al borde de la imagen, entonces se pondrá en movimiento por el efecto de balanceo. Esto es posible colocando los objetos en líneas oblicuas.
La regla de los tercios
Dado que los motivos situados en el centro del cuadro suelen aparecer sin tensión, la regla de los tercios puede servir de ayuda. Explicado de forma sencilla, el cuadro se divide en nueve rectángulos de igual tamaño, tres horizontales y tres verticales. El objetivo es alinear el elemento más importante del sujeto a lo largo de las líneas o de una intersección de dos líneas. Las fotos ya tomadas pueden recortarse después con un programa de edición de imágenes.
La constelación triangular
Una técnica muy eficaz para componer fotografías es el principio del triángulo, muy popular para las fotos de grupo. Si tres personas del mismo tamaño se colocan directamente una al lado de la otra en una foto, ésta parece impotente y sosa. En cambio, es más interesante y bonito colocar las cabezas en triángulo. La imagen parece más tranquila cuando las cabezas forman un triángulo puntiagudo que apunta hacia arriba. Con la punta hacia abajo, la impresión es más inestable. Si el triángulo se dispone en diagonal, entra en juego más dinamismo. El triángulo también puede utilizarse como principio de composición para cualquier otro motivo.
El triángulo de oro en fotografía
Al igual que la regla de los tercios, el Triángulo de Oro utiliza líneas cuadriculadas. Sin embargo, en lugar de rectángulos, la imagen está dividida por una diagonal desde la esquina superior izquierda hasta la esquina inferior derecha. Además, se traza una línea desde la esquina inferior derecha de la imagen, que se une a la diagonal en ángulo recto. Lo mismo se hace en el otro lado de la imagen. Los triángulos resultantes ayudan a colocar los elementos exactamente en esas zonas para crear tensión en el cuadro.
El arte de la sección áurea
El ojo humano encuentra la sección áurea especialmente armoniosa y atractiva. La sección áurea es una proporción divisoria que ya utilizaban pintores, escultores y arquitectos de la antigüedad. Pero las proporciones de la sección áurea también pueden descubrirse en la naturaleza, por ejemplo en helechos o conchas.
La proporción de la sección áurea, el llamado número áureo, es 1,61. Se trata de una línea horizontal dividida en dos partes de distinto tamaño. La parte más pequeña de la línea se relaciona con la más grande del mismo modo que la parte más grande se relaciona con toda la línea.
En definitiva, el motivo se sitúa en el mismo lugar tanto con la sección áurea como con la división en tercios. Se dice que la sección áurea contribuye a una mayor armonía, mientras que la regla de los tercios crea más tensión en la imagen.
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